domingo, 27 de enero de 2008

SALMOS (1)

Los salmos (tehilim) es una compilación de obras líricas cuya autoria se da tradicionalmente al Rey David. Son una excelente forma de profundizar en los rezos de judíos (que ya lo tienen incluido en su liturgia) y noájidas. Algunos tienen un caracter marcadamente autóctono, refiriéndose específicamente a las características del pueblo judío. Por ello, si bien todos son valiosos para el noájida, algunos son más interesantes para el rezo noájida que otros. Es por ello que es importante especificar los motivos de cada uno.

Para la paz

capítulo 46

46:1 Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Para oboes. Canto.
46:2 El Eterno es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros.
46:3 Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar;
46:4 aunque bramen y se agiten sus olas, y con su ímpetu sacudan las montañas. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Pausa
46:5 Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios, la más santa Morada del Altísimo.
46:6 El Eterno está en medio de ella: nunca vacilará; él la socorrerá al despuntar la aurora.
46:7 Tiemblan las naciones, se tambalean los reinos: él hace oír su voz y se deshace la tierra.
46:8 El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Pausa

46:9 Vengan a contemplar las obras del Eterno, él hace cosas admirables en la tierra:
46:10 elimina la guerra hasta los extremos del mundo; rompe el arco, quiebra la lanza y prende fuego a los escudos.
46:11 Ríndanse y reconozcan que yo soy Dios: yo estoy por encima de las naciones, por encima de toda la tierra.
46:12 El Señor de los Ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Pausa

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